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Trump y Biden reaccionan a la muerte de Ginsburg. McConnell dice que el Senado votará al nominado del presidente para reemplazarla

Su fallecimiento ocurre a 46 días de las elecciones, de modo que de inmediato desató una intensa batalla entre demócratas y republicanos sobre cuándo iniciar el proceso de confirmación de su reemplazo. Miles de personas se acercaron a las escalinatas de la Corte Suprema en Washington para rendirle tributo.
/ Source: Telemundo

WASHINGTON.— Poco después de conocerse la noticia del fallecimiento de la jueza de la Corte Suprema, Ruth Bader Ginsburg, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, afirmó este viernes que su partido proseguirá con el proceso de confirmación de su reemplazo, en medio de la reñida contienda electoral. 

La magistrada Ruth Bader Ginsburg falleció este viernes por la tarde (hora local) rodeada de su familia a los 87 años, tras una larga batalla contra el cáncer del páncreas. 

La bandera de la Casa Blanca se izó a media asta y el presidente, Donald Trump, reaccionó diciendo que apenas se acababa de enterar de la muerte de la jueza, a quien calificó como “una mujer increíble –estuvieras o no de acuerdo con ella– fue una mujer increíble que tuvo una vida increíble”, dijo.

Más adelante, Trump divulgó un comunicado muy halagüeño de Ginsburg, a quien calificó como una "titana" con una "mente brillante", que luchó hasta el final y, sobre todo, llevó "una vida extraordinaria".  

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Por su parte, el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, reaccionó diciendo: “No solo era una gigante de la profesión, sino una figura adorada. Mi corazón está con todos los que cuidaron de ella, los que se preocuparon por ella. Practicó los ideales estadounidenses: justicia e igualdad bajo la ley. Ruth Bader Ginsburg se levantó por todos nosotros”.

Haciéndose eco de su partido, Biden aseguró que quien gane la elección el próximo 3 de noviembre es quien deba escoger al próximo miembro de la Corte Suprema. 

Uno a uno, líderes demócratas y republicanos lamentaron su fallecimiento, entre ellos los expresidentes George W. Bush, Bill Clinton, y Barack Obama, mientras centenares de personas se congregaron en las escalinatas de la Corte Suprema en Washington para rendirle tributo, incluso con la canción "Imagine", de John Lennon. 

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Su fallecimiento ocurre a 46 días de las elecciones, de modo que de inmediato desató una intensa batalla entre demócratas y republicanos sobre cuándo iniciar el proceso de confirmación de su reemplazo en el cargo vitalicio: los republicanos quieren aprovechar el momento coyuntural para instalar a otro juez conservador antes de las elecciones, y los demócratas quieren impedirlo. 

Para Trump y sus aliados, la muerte de Ginsburg ofrece una oportunidad de oro para instalar a un tercer juez conservador en la Corte Suprema -compuesta por 9 jueces- , inclinando la balanza a favor de causas conservadoras, como la oposición al aborto, y consolidando el legado del mandatario en el sistema judicial.

Para los demócratas y grupos progresistas afines, también podría ser un factor que movilice a su base para impedir que una corte bajo dominio conservador pueda alterar el rumbo de distintos asuntos sociales durante décadas. 

Es que la Corte Suprema, que tiene la última palabra sobre disputas legales, tiene pendientes asuntos relacionados con el derecho al voto, los derechos reproductivos de la mujer, y el cuidado de salud, entre otros temas de gran envergadura nacional. 

Antes de la muerte de Ginsburg, la máxima corte estaba dividida entre 5 conservadores y 4 progresistas, aunque el presidente de la corte, John Roberts en ocasiones generó ataques de Trump por votar con los progresistas en asuntos relacionados con el cuidado de salud, o los derechos de los inmigrantes y la comunidad gay. 

La batalla por la confirmación de su reemplazo

Horas antes, durante un mitin político en Minnesota, Trump destacaba sus logros en el frente judicial, incluyendo la confirmación de 300 jueces federales, de los cuales dos están en la Corte Suprema, Neil Gorsuch, en 2017, y Brett Kavanaugh, en 2018.

En ese sentido, Trump elogió la figura del senador republicano por Texas, Ted Cruz, su otrora rival en la contienda por la nominación presidencial republicana en 2016, quien ahora –a tan solo horas de la muerte de Ginsburg– figura en la lista de posibles nominados para el cargo vitalicio. 

Cruz figura entre una veintena de posibles candidatos, incluyendo los senadores Tom Cotton, por Arkansas, y Josh Hawley, por Missouri, además del fiscal general de Kentucky, Daniel Cameron. También hay jueces conservadores en contra de los matrimonios homosexuales. 

Pero, según afirmó Trump, Cruz es “el único hombre que conozco” que podría conseguir el apoyo de los 100 miembros del Senado, tanto demócratas como republicanos.

Cruz dijo a la cadena Fox, minutos después de conocerse la noticia de la muerte, que Trump debe nombrar a su nominado judicial tan pronto como la próxima semana.

En un comunicado, McConnell elogió la obra y figura de Ginsburg y sus 27 años en la Corte Suprema, pero prosiguió a explicar por qué, a su juicio, el Senado no debe retrasar la confirmación de su reemplazo. 

Según McConnell, su partido recuperó la mayoría en el Senado con la promesa de servir de contrapunto a un presidente de salida y que, además, desde la década de los 1800, el Senado “jamás ha confirmado a un nominado del partido opuesto en un año presidencial”. 

“El nominado del presidente tendrá un voto en el pleno del Senado de Estados Unidos”, aseguró McConnell. 

El proceso de confirmación incluye audiencias en el Comité Judicial del Senado, que debe programar un voto preliminar para referir la nominación al pleno del Senado, donde solo requiere mayoría simple de 51 votos.

Los líderes demócratas de ambas cámaras del Congreso afirmaron al unísono que el Senado debe esperar hasta después de las elecciones presidenciales para el proceso de confirmación del próximo juez.

El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, recordó que, en marzo de 2016, McConnell bloqueó la confirmación del juez Merrick Garland, propuesto por el entonces presidente, Barack Obama, tras la muerte del juez conservador, Antonin Scalia. 

U.S. Supreme Court Justices Pose For Group Photo
Ruth Bader Ginsburg.Getty Images

Si McConnell esperaba que su partido cerrara filas en torno a Cruz o cualquier otro nominado de Trump, la senadora republicana por Arkansas, Lisa Murkowski ya puso aviso de que ella no votará por ningún reemplazo hasta después de los comicios. 

“Lo justo es lo justo”, dijo. 

“No hay duda. Déjenme ser claro: los votantes deben elegir un presidente y ese presidente debe elegir al juez para que el Senado lo considere. Esta fue la posición que los republicanos tomaron en 2016 cuando faltaban 10 meses para la elección”, dijo Biden. "Esa es la posición que el Senado debe tomar hoy cuando faltan 46 días para la elección".

La senadora republicana de Maine, Susan Collins, quien afronta un dura batalla por su reelección en los comicios del próximo 3 de noviembre, también dijo que se opondría a una votación apresurada. Otros senadores clave, como Lindsey Graham y Mitt Romney, no se han pronunciado sobre el volátil asunto. 

Según la cadena de radio pública, NPR, días antes de morir, Ginsburg dictó a su nieta lo siguiente: “Mi deseo más ferviente es que no seré reemplazada hasta que un nuevo presidente sea instalado”. 

La periodista Eulimar Núñez contribuyó con esta nota.