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Biden ganó la elección pero lo más difícil está por llegar: estos son los desafíos del nuevo presidente

El candidato demócrata tiene 10 semanas hasta la toma de posesión para conformar su equipo y decidir cómo combatir la pandemia y la crisis económica.
Biden deberá enfrentar múltiples tareas políticas, antes de la toma de posesión.
Biden deberá enfrentar múltiples tareas políticas, antes de la toma de posesión.AP

Por Will Weissert, Zeke Miller y Alexandra Jaffe – The Associated Press

WILMINGTON. – El demócrata Joe Biden acaba de ganar este sábado la presidencia. Esa puede que haya sido la parte fácil.

El presidente electo ya estaba preparado para enfrentar la peor crisis de salud que la nación haya experimentado en más de un siglo y los estragos económicos que está ocasionando.

Ahora, tiene que constituir un Gobierno mientras lidia con un Senado que podría permanecer en manos republicanas, una Cámara de Representantes en la que seguramente contará con menos aliados demócratas y una ciudadanía que incluye a más de 70 millones de personas que querían que el republicano Donald Trump siguiera en la Casa Blanca.

También está la inminente cuestión de si Trump, quien ha afirmado que le estaban robando las elecciones, cooperará. Tradicionalmente, el proceso de transición se basa en que la Administración saliente trabaje en estrecha colaboración con la entrante, incluso si son de partidos distintos.

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La principal prioridad de Biden en las 10 semanas previas a la toma de posesión, que se celebrará el 20 de enero, será conformar un equipo y analizar las estrategias necesarias para enfrentar al coronavirus.

Es probable que actúe de manera rápida para anunciar su gabinete y los principales colaboradores que se encargarán de lidiar con la pandemia, incluidos quienes liderarán los departamentos del Tesoro, Salud y Servicios Humanos, y un director para el Consejo Económico Nacional, según las personas involucradas en la planificación de la transición que hablaron con la condición de mantener su anonimato. La campaña de Biden no hizo comentarios al respecto.

Biden fue senador durante décadas, y vicepresidente por ocho años, así que tiene un profundo conocimiento del funcionamiento del Gobierno y está rodeado por un pequeño grupo de importantes asesores que también conocen muy bien las instituciones

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“El equipo de transición de Biden es el más experimentado, más preparado y más enfocado que jamás haya existido, acorde con los desafíos que enfrentará”, dijo David Marchick, director del Centro para la Transición Presidencial en la Asociación para el Servicio Público. El centro es una organización no partidista que asesora a los candidatos sobre la transición.

Un miembro clave del círculo íntimo de Biden que probablemente sea designado en un puesto administrativo importante es Ron Klain, su exjefe de personal. En 2014, Klain se desempeñó como el zar de la respuesta al ébola del presidente, Barack Obama.

Los asesores dicen que Biden conformará uno de los gabinetes más diversos de la historia, pero esas elecciones generarán presiones. Jim Clyburn, representante por Carolina del Sur y uno de los líderes con mayor rango en la Cámara de Representantes, ayudó a resucitar la decadente candidatura presidencial de Biden a principios de la temporada de primarias, y ha dicho que le gustaría que el gabinete incluyera a Cedric Richmond, representante demócrata por Louisiana y uno de los asesores afroestadounidenses más conocidos de Biden.

El trabajo de transición comenzó meses antes del día de las elecciones y se intensificó durante los días previos a que se declarara un ganador. La campaña incluso publicó un sitio web de transición, aunque no se vinculaba a ningún contenido, mientras el ganador de la contienda aún no se definía.

Biden tendrá que hacer más de 4,000 nombramientos políticos, incluidos más de 1,200 que requieren la confirmación del Senado.

Marchick dijo que gran parte del trabajo lo realizarán cientos de personas del equipo de Biden que colaborarán de manera discreta con sus homólogos de la Administración Trump. Ellos irán a las agencias y preguntarán “qué está pasando, qué hay en trámite, qué regulaciones se acaban de emitir, qué regulaciones están a punto de ser emitidas y cuáles son los grandes problemas que tienen”, dijo Marchick.

Tradicionalmente, el Senado realiza audiencias para algunos secretarios, y otras personas serán designadas antes de la investidura con el fin de que puedan trabajar rápidamente después de la toma de posesión.

El proceso de transición comienza de manera formal cuando la Administración General de Servicios determina al ganador basándose en todos los datos disponibles. Pero los lineamientos son tan imprecisos que Trump podría presionar al director de la agencia para que detenga ese proceso.

Tampoco está claro si el presidente se reunirá personalmente con Biden. Obama se reunió con Trump cuando había transcurrido menos de una semana de las elecciones.

Independientemente, Biden tendrá que lidiar con cómo combatir el virus que ya ha ocasionado el fallecimiento de más de 230,000 estadounidenses y que ha costado millones de puestos de trabajo.

La pandemia también dificulta las tareas logísticas de formar un gobierno. Aunque casi todas las facetas de la campaña presidencial de Biden han estado trabajando de forma remota desde marzo, su equipo tendrá que adaptarse a un nuevo flujo de trabajo virtual que incluye, casi con certeza, entrevistar a los principales candidatos por videoconferencia.

Biden también debe decidir cómo definir el papel de su compañera de fórmula, la senadora por California Kamala Harris. Como vicepresidente, Biden manejó sectores discretos para Obama, incluida la respuesta federal a la gripe porcina, la recuperación económica después del colapso financiero de 2008, y una propuesta para el control de armas tras el tiroteo en la escuela Sandy Hook.

También tendrán que enfrentar a la oposición política. El control del Senado dependerá de las dos elecciones de segunda vuelta del 5 de enero en Georgia, lo que podría significar visitas de campaña tanto de Biden como de Harris a esa región. Cualquiera que sea el resultado, el Senado estará muy dividido, lo que dificultará de manera extraordinaria la implementación de leyes importantes.  

Si los republicanos retienen el control del Senado, eso incluso podría dificultar que Biden lograra que se confirmen los nominados clave del gabinete. Chris Murphy, senador demócrata por Connecticut, predijo que Mitch McConnell, senador republicano por Kentucky y líder de la mayoría, “obligará a Biden a negociar cada uno de sus candidatos”.

Biden prometió fomentar el bipartidismo y ser el presidente de todos los estadounidenses, incluidos quienes no votaron por él. Eso podría abrir la puerta para que algunos exfuncionarios republicanos que apoyaron la campaña de Biden sean elegidos para puestos clave.

Pero, para Biden, es una cuestión de equilibrio. Demasiada cooperación bipartidista podría despertar la ira de los principales progresistas, que están preocupados ante la posibilidad de que Biden reduzca los ambiciosos planes de políticas para combatir el cambio climático, reformar el sistema de justicia penal para combatir el racismo sistémico, y ampliar el acceso al seguro médico.

Algunos miembros del ala más izquierdista del Partido Demócrata están presionando para que dos de los exrivales de las primarias presidenciales de Biden se unan a su gabinete: la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren como secretaria del Tesoro, y Bernie Sanders, senador por Vermon,t en el Departamento de Trabajo.

Pero es posible que el equipo de Biden no quiera desencadenar las batallas de nominación al Senado, y mucho menos dejar vacantes dos escaños en esa cámara justo cuando los demócratas necesitan todos los votos.

Jeff Hauser, director de Revolving Door Project, un grupo de defensa progresista que presiona a las administraciones demócratas para que designen candidatos liberales, dijo que Biden podría evitar la obstrucción del Senado mediante el uso agresivo de los nombramientos de receso.

El nuevo presidente también podría emplear la Ley de Vacantes para designar a sus principales candidatos en funciones de la rama ejecutiva interina hasta por 300 días sin la aprobación del Senado, y luego desempeñar una especie de designaciones especiales en las que moverá a las personas entre diversos cargos, dijo Hauser.

“Es un poder significativo”, comentó Hauser.

Algunos progresistas respaldan a la exsubsecretaria del Tesoro, Sarah Bloom Raskin, para el cargo principal de esa agencia, y a Sherrilyn Ifill, presidenta del Fondo de Educación y Defensa Legal de la NAACP, para el Departamento de Justicia.

En general, la izquierda está mucho menos enamorada de Michele Flournoy, la posible elección de Biden para la secretaría de Defensa. Se desempeñó como subsecretaria de defensa bajo Obama, pero también ha trabajado como consultora de defensa.

Antes de que los demócratas discutan entre ellos sobre las opciones de Biden, hay preguntas más importantes sobre el tono general de la transición.

El presidente republicano Herbert Hoover detestaba tanto a su sucesor, el demócrata Franklin D. Roosevelt, que el Gobierno se vio obstaculizado incluso cuando se profundizó la recesión, aumentó el desempleo y Adolf Hitler llegó al poder en Alemania. Eso ayudó a impulsar la 20 Enmienda, ratificada en 1933, que trasladó la toma de posesión de marzo a enero.

Como resultado, el país tuvo menos tiempo de transición entre los presidentes, pero también dejó un lapso de tiempo más corto para hacer todo el trabajo necesario para constituir un gobierno.