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Ni gases lacrimógenos ni cordones policiales: México abre sus puertas a la nueva caravana migrante

El Gobierno de López Obrador ha ofrecido este jueves permisos de residencia por razones humanitarias a los migrantes centroamericanos que han llegado a la frontera

Cerca de un millar de migrantes, que se dirigen a Estados Unidos en una nueva caravana que partió esta semana de San Pedro Sula (Honduras), han ingresado este jueves sin problemas en México. A diferencia de otra caravana que el pasado octubre tuvo que enfrentar retenes y gases lacrimógenos al intentar entrar en el país, los migrantes, entre los que también hay salvadoreños, recibieron buen trato en el cruce fronterizo.

En la tarde de este jueves, el Instituto Nacional de Migración mexicano (INM) ha informado de que  registró un total de 969 adultos y 145 niñas, niños y adolescentes migrantes centroamericanos. La nueva política migratoria del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha recibido de forma amable a esta nueva caravana. A su llegada, los migrantes recibieron un brazalete con el sello de la Secretaria de Gobernación y un código QR que les permitirá obtener rápidamente los papeles de residencia.

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El INM se ha comprometido a entregar en el plazo de cinco días, en lugar de los 30 habituales, visas finalidad humanitaria, documento que permite quedarse en territorio mexicano un año y que es renovable, además de otorgales acceso a empleo y servicios de salud básicos. Tras el ingreso, los migrantes son dirigidos a un albergue cercano en el municipio de Suchiate, en el sureño estado de Chiapas.

Uno de estos beneficiarios es el hondureño David Torres, de 34 años. Cuenta que las autoridades migratorias mexicanas le permitieron el ingreso y le pidieron que aguarde cinco días en Guatemala o en territorio de México junto a las oficinas de migración para que le sea tramitada su solicitud de visa humanitaria, la cual le permitirá permanecer y trabajar un año en territorio mexicano. “Me tomaron las huellas digitales, me pusieron un brazalete”, apuna Torres, que asegura ya vivió en Estados Unidos y que desea regresar a buscar trabajo.

En una entrevista para Milenio Televisión, el comisionado del INM, Tonatiuh Guillén, descartó la intervención de la policía federal. "Descartada completamente la perspectiva del escenario que ocurrió el año pasado, lo que quiere decir que no estará la policía federal en el puente fronterizo, no habrá una estrategia de contención física", ha asegurado. Para acceder al país, los integrantes de la caravana tan solo necesitan mostrar una identificación para posteriormente recibir el brazalete que los identifica.  

Varias familias numerosas, incluso con bebés en brazos, viajan en esta caravana. Yolanda Sánchez, de 28 años, avanza con 11 familiares, entre ellos sus cuatro hijos. Lleva en brazos a un bebé de menos de un año, al que alimenta con leche materna y que aparentemente ha comenzado a resfriarse. “Sabemos que va a ser difícil, pero allá (en Honduras) ya no se puede”, asegura.