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Trump está dispuesto a dar la ciudadanía a los soñadores a cambio de construir el muro

Un grupo numeroso de senadores se reúne hoy para cerrar acuerdo que cambiará de arriba a abajo el sistema de visados. Éstas son las cuatro condiciones que impone la Casa Blanca

El presidente, Donald Trump, se ha mostrado hoy a favor de que los soñadores obtengan un permiso de residencia de inmediato, con la posibilidad de lograr la nacionalidad en 10 o 12 años. A cambio, quiere del Congreso 2.500 millones de dólares para construir un muro en la frontera, según ha asegurado en una rueda de prensa improvisada antes de salir de viaje hacia el Foro Económico que se celebra en la ciudad suiza de Davos. 

A contrarreloj, con dos fechas límite en el horizonte que amenazan con cerrar de nuevo el Gobierno federal (el 8 de febrero) y con dejar al borde de la deportación a los 800.000 soñadores (el 5 de marzo), el Senado y la Casa Blanca están trabajando por fin en serio, es decir, con posibilidades de éxito, en sacar adelante la mayor reforma migratoria en Estados Unidos de las últimas décadas. 

La Casa Blanca ha asegurado este miércoles que, en los últimos meses, Trump ha mantenido docenas de reuniones con los líderes republicanos y demócratas en el Congreso, y con senadores y representantes de alto rango, para encontrar una fórmula bipartidista. “Basada en esas negociaciones, la Casa Blanca difundirá un marco legislativo el lunes que representa un compromiso que ambos partidos pueden aceptar”, ha añadido en un comunicado.

Los cuatro pilares de esa propuesta serán, según el comunicado, “asegurar la frontera y cerrar los agujeros legales; acabar con la inmigración en cadena de familiares no directos; cancelar la lotería de diversidad; y lograr una solución permanente para DACA”.

Así formuladas, esas propuestas se parecen mucho al plan alcanzado el pasado 1 de enero por un grupo de senadores de ambos partidos, encabezados por el republicano Lindsey Graham y el demócrata Dick Durbin. Trump lo calificó de “horrible” en una reunión que descarriló cualquier posibilidad de acuerdo, sobre todo tras filtrarse que el presidente había calificado de “países de mierda” a Haití, El Salvador y naciones africanas sin determinar.

A partir de ahí, los demócratas siguieron presionando para lograr una solución para los soñadores, e incluso llegaron a conceder, según el senador demócrata Chuck Schumer, la construcción del muro en la frontera mexicana. A pesar de ello, añadió Schumer, Trump se negó. El fin de semana pasado cerró el Gobierno federal, ante la falta de acuerdo en una negociación presupuestaria en la que, en realidad, se estaba negociando sobre inmigración.

El lunes, Schumer aceptó dar su apoyo para reabrir el Gobierno a cambio de negociar antes del 8 de febrero una solución para los soñadores; pero fue un acuerdo con el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, que no asegura el refrendo de la Cámara de Representantes o del propio Trump, imprescindibles para llegar a buen puerto.

¿En qué consistía el plan bipartidista rechazado por Trump? Los soñadores podrían residir y trabajar legalmente en Estados Unidos, y acceder a la ciudadanía en 10 años; sus padres podrían quedarse legalmente en el país, aunque no tendrían derecho jamás a la ciudadanía. La lotería de diversidad desaparecería, y esos 50.000 visados sorteados cada año se reservarían, en parte para los países que cuentan o contaban con un estatus especial de protección (TPS), en parte para inmigrantes juzgados mediante un sistema de méritos (educación, capacidades, conocimiento del inglés, etcétera). Los visados de reunificación familiar se limitarían a cónyuges e hijos solteros de menos de 21 años. Y la seguridad fronteriza se reforzaría con 2.800 millones de dólares, de los que 1.600 servirían para construir el muro.

¿En qué consistía la propuesta enviada por la Casa Blanca al Congreso en octubre? Reforzar la seguridad fronteriza y construir el muro; agilizar el proceso de devolución de los menores indocumentados que llegan al país en solitario; contratar a más jueces de migración y a 10.000 agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE); endurecer el sistema de asilo; acabar con la lotería de diversidad; limitar los visados de reunificación familiar a cónyuges e hijos solteros de menos de 21 años; recortar el número de refugiados; e instaurar un sistema de méritos para valorar a los solicitantes de visados.

Para conciliar ambas propuestas y las del resto de congresistas (hay otro intento bipartidista de llegar a un acuerdo, con medidas similares a las de la Casa Blanca), se han reunido esta tarde un grupo de 36 congresistas moderados, los mismos que tejieron el acuerdo para acabar con el cierre del Gobierno. Entre ellos están Durbin y Graham, además de Tim Kaine, Lisa Murkowski, Lamar Alexander, Bob Corker o Doug Jones, entre otros. “Hay un alto nivel de interés, es un grupo muy grande de senadores, nunca he trabajado con un grupo tan grande, pero quizá es la clave para lograrlo”, ha dicho esta mañana Durbin.